Viernes de cuentos: Cuando el yayo era peque

Una de las cosas que me parecen más bonitas es la relación de los abuelos con sus nietos, por eso no me pude resistir cuando vi el libro “Cuando el yayo era peque”.

Los cuentos en que la relación abuelo-nieto son protagonistas llaman mucho mi atención y es que es la relación con tus abuelos es muy especial como ya os contaba hace unos días con el cuento de El Abuelo.

Así que fui directa a ver si este cuento estaba en la biblioteca y por suerte lo estaba y encima disponible.

Tengo que confesar que tengo un sentimiento contradictorio con este cuento y no sé si compartiréis o me diréis que soy un poco exagerada.

La idea del cuento me ha encantado, un abuelo le cuenta a su nieto como eran las cosas cuando él era pequeño.

¿Quién no ha tenido un momento así con sus abuelos?

Pero claro, algunas cosas eran tan diferentes que cuando lo explica el abuelo él lo ve como lo recuerda pero las palabras en la cabeza del peque sugieren otro tipo de imagen y la verdad es que resulta divertido ver las dos perspectivas de lo que cuenta uno y lo que entiende el otro.

Y es que las cosas cambian y si yo le cuento a mi peque que cuando yo era pequeña no existían móviles seguro que me va a mirar como si fuera una marciana. Así que imagínate con otro salto generacional de por medio.

Me ha encantado el estilo del cuento con ilustraciones que recuerdan a caricaturas me han parecido muy divertidas.

Pero os comentaba que le he encontrado un “pero”, quizás estoy muy sensible por las hormonas, pero en este momento tan idílico nieto-abuelo de repente aparece una madre estilo matrona a volverles a la realidad.

Y la verdad es que el momento puede ser incluso cómico y divertido pero la verdad es que aparece la madre como un torbellino y encima es una madre que abulta el doble o el triple que los dos juntos. ¿Hacía falta que la madre fuera tan enorme?

Quizás soy yo que estoy muy sensible pero a mi hermana también le llamó la atención este momento.

Pero la verdad es que es un cuento que me ha gustado mucho y me hace pensar en cómo a veces nosotros explicamos las cosas dando por hecho que nuestros peques entienden de que hablamos cuando es algo que nunca han vivido y que seguramente no entenderán de que hablamos.

Pero sobretodo lo veo ideal para que lo lean los abuelos con sus nietos y puedan hablar de cómo eran las cosas cuando ellos eran pequeños.

Si te ha gustado este libro seguro que te alegrará saber que hay 2 libros más donde el yayo y Pepe son protagonistas.

2 comentarios

  1. Pues mi marido, que no es yayo todavía, dice que también le bañaron en la cocina de pequeño. A mí esto se me hace rarísimo, porque en nuestra época todos teníamos aunque fuera una bañerita simple. Además de antihigiénico. Me gustan los dibujitos del libro.

    • jaja, ¿en serio? Tu marido es de los de antes. Pero yo te confieso que el hijo de alguna amiga mía podrá decir que lo bañaron en el bidet, que total, después del primero te das cuenta que no necesitas tantos artilugios y para que necesitas una bañera si tienes un bidet. jajajaja
      Los dibujos son lo que más me gustan, me parece muy de estilo cómic. Todo muy exagerado.

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